La llorona leyenda del folclore mexicano
Si has navegado mínimamente en el mundo digital o si te apasionan las historias de terror seguro que has escuchado hablar de La Llorona, una de las leyendas mexicanas más famosas. Nos encontramos frente a frente con una de las leyendas más conocidas y aterradoras de América Latina. Una historia que ha permanecido viva gracias al boca a boca y ahora por los medios de comunicación tan globalizados.
Ha cautivado la imaginación de millones de personas y ha dejado a su paso escalofríos y piel de gallina.
Acompáñame, acomoda tu cuerpo y abre la mente mientras te cuento la historia más completa de La Llorona, la leyenda que creías conocer en diferentes versiones, incluso alguna basada en hechos reales.
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La leyenda completa, y neutra, de la llorona
Muchos son los que atribuyen esta famosa leyenda de La Llorona a diferentes zonas y países. Algunos la datan en la época maya y otros en la era colonial. Como bien sabrás tiene varias versiones, pero todas coinciden en que se trata de una mujer desesperada y atormentada por un terrible destino. Una inquietante historia que se desarrolla en un pequeño pueblo cerca de una masa de agua, lago, pantano o un río.
La protagonista, una hermosa mujer de nombre María, amada y deseada por todos los hombres de la región debido a su belleza y encanto.
María tenía grandes amores en su vida: sus hijos. La devota madre, aunque entregada al completo a sus amados hijos, no pudo resistirse a los encantos de un hombre que le prometió amor eterno. María abandonó a sus hijos en busca de esa pasión prohibida, dejándolos desprotegidos y solos.
Poco después, el hombre que había prometido amarla incondicionalmente la abandonó y María se dio cuenta del terrible error que había cometido. Llena de remordimiento y desesperación, regresó a su hogar en busca de sus hijos, pero ya era demasiado tarde. Los pequeños habían sido encontrados muertos en el agua, víctimas de una tragedia inexplicable.
La culpabilidad y el dolor se apoderaron de María, y su vida se convirtió en una eterna penitencia. Atormentada por su culpa y con el rostro desfigurado por el llanto constante, comenzó a vagar por las calles y el río en busca de sus hijos. Se dice que su lamento desgarrador se escuchaba en las noches más oscuras, cuando el viento soplaba y el río corría.
La Llorona, como se la conoció en la leyenda a partir de entonces, se convirtió en un ser maldito. Se aparecía a las personas que se encontraban cerca del agua, buscando desesperadamente a sus hijos. Su llanto lastimero y aterrador llenaba el aire y se grababa en la memoria de aquellos que tuvieron la desdicha de cruzarse con ella.
A lo largo de los años, numerosos testimonios de encuentros con La Llorona han sido reportados en diferentes partes de América Latina. Se dice que su figura fantasmal y su llanto desgarrador han aterrorizado a aquellos que se atreven a acercarse a los ríos y a las calles solitarias en la oscuridad de la noche.
La leyenda de La Llorona ha trascendido al paso del tiempo, convirtiéndose en parte del folclore y la cultura popular mexicana, aunque también es famosa en muchos otros países de la actualidad.
Antiguamente se utilizaba como recurso infantil, como una advertencia para mantener a los niños cerca y alejarlos de los peligros del agua. La leyenda de La Llorona es un recordatorio de las consecuencias devastadoras de nuestras acciones y cómo el remordimiento puede perseguirnos hasta la eternidad.
Así concluye la historia completa de La Llorona, una versión de la leyenda mexicana, neutral en cuanto a datos concretos, que ha dejado una marca imborrable en la imaginación de las personas y que sigue cautivando con su misterio y terror.
Versiones de la leyenda de La Llorona
Existe un gran número de versiones de la leyenda y muchos hablan sobre su presencia y lo que la obliga a lanzar lamentos por la noche. La Llorona es, antes que nada, madre, pero es una madre atormentada por el insufrible dolor de haber perdido o asesinado a sus hijos.
Otra de las teorías sobre el origen de La Llorona cuenta que una mujer indígena se enamora de un español con el que tiene tres hijos, pero él nunca le propone matrimonio y la abandona para casarse con una española. La pobre mujer al enterarse de la traición, presa del dolor ahoga a sus hijos en el río. Luego, al darse cuenta de lo que había hecho, se suicida. Desde entonces, su fantasma vaga por las riveras de los ríos diciendo “¡Ay, mis hijos!
Versión mexicana
Una de las versiones de La Llorona que se sitúa en México, y quizá la más conocida hasta la actualidad, surgió según dicen en la época colonial. Narra sobre una mujer indígena de incomparable belleza, enamorada de un caballero español con quien tuvo tres lindos retoños.
La madre se volcó por completo en sus pequeños y en su amor por este caballero. Sin embargo, el español, al contrario, no hacía otra cosa más que rehuirla, temeroso de lo que la gente pudiera decir de su relación. Con el tiempo el amado caballero la abandonó para casarse con una prestigiosa dama española de alta cuna.
Al enterarse de la traición, la mujer perdió la cabeza, enloqueció. Cogió en brazos a sus hijos, los llevó a orillas del lago de Texcoco, los abrazó fuertemente y los hundió hasta ahogarlos.Tras darse cuenta de lo que acababa de hacer, no pudo soportarlo y ella misma se quitó también la vida.
Desde ese fatídico día, se dice que el alma de esta mujer no logra descansar y cada noche deambula vestida totalmente de blanco por las calles solitarias cerca del lago en busca de sus tres hijos. La mujer llora, gime y grita: “¡Ay mis hijos!” y sus lamentos de dolor retumban en todo el pueblo.
Posible versión basada en hechos reales de La Llorona
Acorde al historiador mexicano Efraín Franco Frías, esta es una de las versiones de La Llorona que posteriormente se asoció con Malintzin, mejor conocida como “La Malinche”, quien a la llegada del ejército español se convirtió en amante del conquistador Hernán Cortés. Con él tuvo un hijo, pero cuando este regresó a España, se lo arrebató sin que ella pudiera impedirlo. Ni sus lamentos consiguieron que ella pudiera volver a ver a su bebé.
Otra versión mexicana de la cultura popular
La leyenda de La Llorona cuenta que una mujer indígena se enamora de un español con el que tiene tres hijos, pero él nunca le propone matrimonio y la abandona para casarse con una española. La pobre mujer al enterarse de la traición, presa del dolor ahoga a sus hijos en el río. Luego, al darse cuenta de lo que había hecho, se suicida. Desde entonces, su fantasma vaga por las riveras de los ríos diciendo “¡Ay, mis hijos!”.
Una esbelta mujer, envuelta en un flotante vestido blanco y con el rostro cubierto con velo cruza lentamente por varias calles y plazas de la ciudad iluminada por la luna. Levantaba los brazos con angustia y lanzaba un grito desesperado.
Ese tristísimo ¡ay! se levantaba en el silencio de la noche, y luego desaparecía entre ecos lejanos y, al final, terminaba con el grito más doliente en la Plaza Mayor. Allí se arrodillaba esa mujer misteriosa. Se inclinaba como besando el suelo y lloraba con un grito largo y penetrante.
Después se iba ya en silencio, lentamente, hasta que llegaba al lago, y en sus orillas se perdía.
Se deshacía en el aire como la niebla, o se sumergía en las aguas.
Versión prehispánica de Tenpecutli, Chocachualt
Si has indagado sobre esta versión sabrás que no existen certezas de que este sea el verdadero origen de la leyenda de la Llorona. Algunos estudiosos apuntan a similitudes con otras divinidades de origen prehispánico.
Por ejemplo, en lugares como Xochimilco (México), donde la leyenda sigue muy presente, la Llorona parece estar claramente vinculada a la diosa Tenpecutli. Esta deidad, al igual que la Llorona, también está vinculada al filicidio de sus hijos en el río.
Tenpecutli purgaba una pena por haber ahogado sus hijos en un río. Esta diosa, que era muy bella, tenía la capacidad de cambiar su rostro por el de un animal si era mirada a los ojos, como los nahuales. Otro personaje con el que se le ha relacionado era la diosa del inframundo Mictlancíhuatl, que seducía y perdía a los hombres.
Existen otros datos que conectan la figura de la Llorona con el período prehispánico y a deidades como la mexica Cihuacóatl, mitad mujer mitad serpiente, la cual se asociaba a la fertilidad y los partos. Asimismo, Cihuacóatl está directamente vinculada al amparo de las mujeres que fallecían durante el parto.
Versión menos conocida de La Llorona, la española
La leyenda de La Llorona también llegó a España con una de sus versiones más peculiares. Nombrada La Ploranera, del latín “plorar” que significa llorar, esta es una historia española poco conocida.
En ella se cuenta la historia de una gitana cuya belleza conquistó a un acaudalado inglés, muy amigo del dictador Franco. Al pasar el tiempo ella tuvo dos hijos de aquél hombre de quien se enamoró perdidamente incluso a pesar de sus constantes y largos viajes.
Un aciago día, en el que el viento mistral golpeaba la costa con sombríos presagios, llegó la guardia civil a quitarle a sus hijos por orden del inglés, quien se había casado con una mujer de la alta sociedad que no podía tener hijos, pues era infértil. Ante la amenaza de ser despojada de sus pequeños, la gitana cargó con ellos, y corrió hasta el embarcadero. Ahí, tomó una barca vieja y comenzó a navegar, huyendo de los guardias. Pero el mal viento golpeó sin piedad la proa, volcando la embarcación en el agitado mar.
Por más que buscó a sus hijos en el mar, nunca aparecieron. Rendida y con la esperanza de que las olas impulsaran a sus pequeños hasta la arena de las playas, ella regresó a tierra, más tampoco logró encontrarlos. Así comenzaron sus lamentos, sollozos y gritos. Es por ellos que la guardia civil logró encontrarla.
Temerosa de que le impidieran seguir buscando a sus hijos, la mujer corrió sin medida hasta llegar a la oscura carretera, lugar donde fue atropellada, muriendo en el acto.
A raíz de este suceso, los vecinos de algunas playas del pueblo Mediterráneo dicen haberla visto, en los días de fuertes vientos, mientras recorre esa costa mediterránea, buscando desesperada a sus pequeños, y llorando con un extraño lamento, similar al sonido que el viento causa cuando erosiona las arenas.
En una de estas versiones de La Llorona, se cuenta incluso que esta se le apareció a un taxista por el área donde dicha dama había sido atropellada. Este la llevó a la dirección que la mujer le había indicado, pero a la hora de pagar, ella le comentó que debía buscar el dinero en su casa.
Ante la tardanza de la mujer, el señor tocó a la puerta de la residencia en la que ella había entrado. Al explicarle su situación a la señora que le abrió la puerta, esta comenzó a llorar y entre sollozos le explicó que se trataba de su hija, quien había fallecido cuatro años antes.
Según su madre, La Ploranera vaga por la zona debido a una falta de paz, causada por la incertidumbre de saber qué pasó con sus hijos.
Origen de la leyenda de La Llorona
Fray Bernardino atribuye la leyenda como originaria del pueblo mexica, actualmente en la región de México.
Los primeros textos que reflejan esta similitud de esta diosa con la Llorona datan del siglo XVI. Fray Bernardino de Sahagún se refirió en su obra Historia de las cosas de Nueva España (Tomo 1, cap VI) a la leyenda de Cihuacóatl, donde trata las diosas principales que se adoraban.
Sahagún describe a Cihuacóatl de la siguiente manera:
"Decían que esta diosa daba cosas adversas como pobreza, abatimiento, trabajos; aparecía muchas veces, según dicen, como una señora compuesta con unos atavíos como se usan en palacio. Decían que por la noche voceaba y brameaba en el aire... Los atavíos con que esta mujer aparecía eran blancos, y los cabellos los tocaba de manera, que tenía como unos cornezuelos cruzados sobre la frente".
Bernardino de Sahagún
Se puede ver cierta relación con algunas versiones actuales de la Llorona, vestida de blanco. Asimismo, indica que este espectro desaparecía.
De Sahagún también refleja ocho presagios interpretados por los aztecas que tuvieron lugar años antes de la conquista de los españoles, el sexto dice así:
“se oyeron voces muchas veces, como de una Mujer que angustiaba y con lloro decía: "oh hijos míos qué va llegado vuestra destrucción".
Y otras veces decía: "hijos míos, ¿dónde os llevaré, porque no os acabéis de perder? Esta mujer se asocia a la diosa Cihuacóatl.
¿Quién es La Llorona?
Si somos completamente honestos, nadie lo sabe, y tal vez nunca se sabrá. La figura de La Llorona existe desde hace tiempos ancestrales. No podemos poner nombre y apellido a todas las cosas. En ciertas ocasiones resulta más bonito, más real, más sabio, mantener el misterio de los relatos de nuestro mundo.
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