El Herrero de Craig-Y-Don
Érase una vez un viejo herrero que vivía en una antigua fragua en Craig-y-don, y solía beber mucha cerveza.
Una noche volvía a casa de una taberna muy borracho, y al acercarse a un pequeño riachuelo, de repente, un montón de hombrecitos saltaron de las rocas, uno de ellos, que parecía ser mayor que los demás, se le acercó, y dijo:
- “Si no modificas tu forma de vida, morirás pronto. Pero si te portas mejor y te conviertes en un mejor hombre, descubrirás que será para tu beneficio ” - Al terminar de hablar todos desaparecieron tan rápido como habían llegado.
El viejo herrero pensó mucho en lo que le habían dicho aquellas hadas, dejó de beber y se convirtió en un hombre sobrio y firme.
Un día, unos meses después de conocer a la gente pequeña, un hombre extraño trajo un caballo para herrarlo. Nadie conocía ni al caballo ni al hombre.
El viejo herrero ató el caballo a una de las patas de un caldero lleno de agua (usado para enfriar su hierro caliente). Caldero que había construido en mampostería antaño.
Cuando hubo atado el caballo, fue a herrar la pata trasera, pero en cuanto tocó al caballo, el enérgico animal retrocedió de un salto, arrastró el caldero de mampostería, rompió el cabestro y se escapó de la fragua. Nunca se volvió a saber nada: ni el caballo ni de su amo.
Cuando el viejo herrero vino a derribar la mampostería para reconstruirla, encontró tres teteras de latón llenas de dinero.
Esta historia sobre el herrero de Craig-Y-Don transmitida por vía oral por varias personas en la zona, Inglaterra.
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