Nuberu o Ñuberu, ser mitológico asturiano y del norte de España
Ya lo mencionaba el gran Aurelio del Llano en sus escritos, y mucho antes ya existía este relato sobre un interesante ser mitológico asturiano conocido como El Nuberu. Desde tiempos antiguos hasta la actualidad ha persisitido su historia, y aquí os la traemos, junto a más datos interesantes y curiosidades que rodean a este peculiar ser.
El Nuberu asturiano es el director de las tormentas. Generalmente es un ser maligno, feo, de estatura alta y de una fuerza colosal. Viste el traje de pieles de cabrito, lleva barba, un sombrero de anchas alas y viaja cabalgado sobre una nube. Camina de manera muy especial – dando dos pasos adelante y uno atrás. En las partes occidentales de Asturias lo llaman Renubeiro o Escolar.
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El Nuberu, una historia de cuento
Había una vez, en las majestuosas tierras de Asturias, un ser mágico y enigmático conocido como el Nuberu. Este ser, que habitaba en las cumbres de las montañas y en las profundidades de los valles, era el señor de las nubes y el dueño de los vientos. Para algunos su figura era imponente y sus cabellos plateados, que brillaban con la luz de los relámpagos. Su presencia siempre anunciaba la llegada de cambios en el tiempo y el clima.
Cuenta la leyenda que el Nuberu era capaz de moldear las nubes a su voluntad, creando formas caprichosas en el cielo y provocando la danza de los rayos y truenos. Se decía que era un guardián de los secretos del tiempo, un ser que controlaba los elementos con maestría y sabiduría ancestral.
Los asturianos, fascinados por su poder y embelesados por la naturaleza, veneraban al Nuberu como una deidad protectora. En algunos recónditos lugares asturianos se ofrecían rituales y plegarias, rogando su favor para las cosechas, la ganadería y la protección de sus hogares. Se creía que su presencia traía fertilidad a la tierra además de purificar el aire con su aliento fresco y revitalizante.
Sin embargo, en la gran mayoría de poblaciones, el Nuberu era considerado como malvado. Conocido por su destacado temperamento caprichoso. A veces, en su descontento, lanzaba sus truenos y relámpagos sobre las aldeas, causando estragos y miedo entre los habitantes. Los asturianos que creian en el Nuberu aprendieron a respetar su poder y a apaciguarlo con ofrendas y ruegos si sentían que su furia se desataba.
¿Qué poderes tiene el Nuberu?
Se cuenta antaño que el Nuberu tenía también el poder de otorgar deseos a aquellos que se le acercaban con sinceridad y humildad. En las noches de tormenta, se decía que si alguien era capaz de encontrar su escondite secreto, podría hacerle una petición y, si el Nuberu estaba de buen humor, su deseo se cumpliría.
¿Cuál es el escondite del Nuberu?
La búsqueda del escondite del Nuberu se convirtió en una aventura para los más valientes. Los bosques misteriosos, las cimas nebulosas de las montañas y las grutas ocultas eran lugares donde se decía que el Nuberu dejaba rastros de su presencia. Solo aquellos con una conexión especial con la naturaleza y un corazón puro eran capaces de descifrar las señales y encontrar el camino hacia el encuentro con el poderoso ser.
¿Dónde es famoso el Nuberu?
Del Nuberu hay noticias casi en toda Asturias, siendo más numerosas las historias en el occidente y en las partes montañosas del Principado.
Origen de la leyenda del Nuberu
¿Qué sabemos de los orígenes de la leyenda del Nuberu? Sabemos que como tantas otras leyendas se ha transmitido de generación en generación en Asturias y territorios del norte como Galicia, Cantabria o zonas de León.
En todas las mitologías aparece un dios o espíritu que domina las potencias celestes. En Grecia tenía este papel Zeus, en antiguo Imperio Romano Júpiter. El Nuberu tiene también semejanza con algunos dioses orientales y con Wotan, dios germano, que tenía el atributo de dirigir las tempestades. Wotan viajaba a caballo, llevaba barba gris, ocultaba la falta de un ojo con un sombrero de alas grandes y su fealdad
infundía terror al la gente.
Con el cristianismo los viejos dioses pasaron a ser considerados demonios en muchos lugares de Europa. Una vieja fórmula sajona para abandonar el paganismo reza: ‘Reniego de Thunaer, Wotan, Saxnot y todos los diablos que son sus compañeros’.
Asturias siguió el mismo camino y el Nuberu se transformó en algunos concejos en una especie de demonio.
Un relato alimentando por la imaginación y el respeto hacia la naturaleza y los elementos. Aunque sus apariciones en la historia sean fugaces y sus regalos sean esquivos, el Nuberu permanece como un símbolo de la magia y la grandeza de la tierra asturiana, recordándonos que en lo más profundo de la naturaleza aún yacen secretos y poderes indomables.
Como todos los dioses habitan en las cimas de las montañas, en Asturias se decía que el Nuberu habitaba en la cima de una montaña del lejano Egipto.
Aurelio de Llano piensa que el dato que se refiere a Egipto tiene su importancia. Afirma que pudo
ser que a Asturias llegaran fenicios, procedentes del norte de África, a la búsqueda de estaño (en Asturias había yacimientos de este mineral).
La versión del Nuberu por Aurelio del Llano
El Nuberu tiene también nombre. Se llama Juan Cabrito y está casado. Vive con su mujer e hijos en una ciudad (ciudad de Orito; en algunas historias aparece la ciudad de Grito o Egipto) en la cumbre de una montaña cubierta de niebla.
Desde allí sale a verter las nubes en el sitio que le da la gana, si no lo impiden los conjuros de los sacerdotes y el toque de las campanas. El Nuberu tiene aversión contra los curas y opone gran resistencia al conjuro. Uno de los métodos de ahuyentamiento que más teme el Nuberu son las campanas de las iglesias. Tampoco le gustan los carros puestos al revés, las hachas con el filo hacia arriba puestos encima de los tejados. No soporta el humo de las velas benditas el Jueves Santo y del laurel bendito. Otra práctica común para expulsar al Nuberu y la nube amenazadora de tormenta es rezar a Santa Bárbara.
El Nuberu suele ser olvidadizo y a menudo le pasa que le escapan las nubes que le llevan de un lado a otro. En estos casos tiene que pedir asilo en las casas de los humanos y acepta el hospedaje que le ofrecen los campesinos. A pesar de su carácter maligno, protege a los que se portan bien con él, y en
ocasiones, avisa a la gente que encuentra en el campo para que se vayan antes de que descargue la tormenta.
Leyendas populares sobre el Nuberu
En diferentes escritos se han registrado algunas de las leyendas más populares que tratan sobre este ser mitológico asturiano. En concreto rescatamos algunas de ellas del gran Aurelio del Llano en su libro "Del Folklore Asturiano".
Si vas a tierra de Egito...
Cuentan que una vez, mientras el Nuberu contemplaba desde la eminencia de una roca la hermosura de una llosa que acababa de regar con beneficiosa lluvia, se le escaparon las nubes y tuvo que quedarse en tierra hasta la mañana siguiente.
Se dirigió a casa de un labrador rico y le pidió posada por una noche; el labrador le contestó que no admitía mendigos en su casa.
Después fue a la de un labrador de humilde posición y éste le acogió cariñosamente; claro es que ninguno de los dos labradores sabía que aquel hombre era nada menos que el rector de las tormentas. Este se levantó muy de mañana y después de dar las gracias a su huésped, le dijo:
— Si vas a tierra de Egito, pregunta por Juan Cabrito.
Y el Nuberu se dirigió al pico más alto de una montaña y cabalgando sobre una nube, agrupó a los redondos truenos, los llevó sobre las propiedades del labrador que le había llamado mendigo, y haciéndolos chocar unos contra otros se rompieron con gran estruendo, derramando con fuerza toda el agua, que tenían dentro, en las tierras de su enemigo, arrasándolas por completo.
Desde aquel día las tierras del labrador pobre empezaron a dar abundantes frutos, y las del labrador rico
se convirtieron rápidamente en campos estériles.
Sucedió que el labrador pobre, mozo valeroso y dispuesto a meterse en empresas, decidió ir a Jerusalén — quizá de escudero de un señor que fue a las cruzadas. — Allí cayó prisionero y después de muchas aventuras fue a dar con su cuerpo a Egipto.
Preguntó que dónde vivía Juan Cabrito, y le contestaron asombrados de que se atreviera a nombrar a tan grande señor.
El labrador averiguó que el Nuberu vivía en una montaña y hacia allí dirigió sus pasos caminando por un
desfiladero. Al final de éste aparecía la roca cortada verticalmente y en el interior de ella tenía sus habitaciones el Nuberu. Salió un criado y le dijo al labrador:
— ¿Cómo tenéis valor para acercaros a esta casa? Mi amo ha ido a tronar y no regresa hasta mañana; además, no recibe a nadie; ¡marchad!
Volvió nuestro labrador al otro día y le suplicó al criado:
—Decid a vuestro amo y señor que está aquí un asturiano que desea saludarle..
Inmediatamente fue introducido en la casa y el Nuberu le trató con atención expresiva y cariñosa ; después le dijo:
—Vengo de romper unos truenos sobre tu pueblo; he regado tus tierras con mucho cuidado; tus cosechas son más abundantes cada año y tu familia está buena.
Ahora tengo que darte una mala noticia: tu mujer, creyéndote muerto, se casa dentro de unos días, pero no te apures, mañana llegarás a tu morada y tu esposa recibirá mucha alegría. A mí no me volverás a ver porque marcho esta noche a tronar; levántate antes de amanecer y monta en un macho cabrío que estará esperándote a la puerta de esta casa; él te conducirá a tu pueblo por el aire; no tengas miedo, nada malo te ocurrirá.
Y tal como le dijo el Nuberu así sucedió; el labrador llegó a su casa en un abrir y cerrar de ojos, y su mujer le recibió amorosamente entre sus brazos.
¿Sigue existiendo el Nuberu?
Cada vez que el cielo se nubla y los truenos retumban en las montañas, aquellos creyentes del norte de España recuerdan al Nuberu, ese ser mágico de las nubes, y saben que su presencia significa algo más que un simple fenómeno meteorológico. Es un recordatorio de la conexión ancestral entre el hombre y la naturaleza, una llamada a apreciar y proteger las maravillas y bellezas rodeadas de misterio que nos ofrece la historia.
Imagen de El Camín Encantado en Llanes
Testimonios y avistamientos registrados
Al Nuberu, en Quirós, Teverga y en algunos pueblos colindantes con Galicia, lo llaman Nubeiru. En Somiedo, Cangas de Tineo y San Antolín de Ibias, Renubeiru. En San Martín de Luiña, Pola de Allande y Grandas de Salime, le conocen con el nombre del Escolar. Y algunas personas, muy pocas, de estos últimos concejos, dicen que el Escolar es de pequeña estatura.
La imaginación creadora del Nuberu, no pudo concebir un personaje raquítico, porque los truenos, según creencia del vulgo, son enormemente grandes, de forma esférica, y él tiene que transportarlos de un sitio a otro y hacerlos chocar entre sí para que se rompan y caiga sobre la tierra el agua y el granizo que tienen dentro.
Cura de Teverga, Asturias
Un cura que hubo en Villanueva de Teverga, que murió hacia el año de 1856, para esconxurar al Nuberu, rodeábase de esculinos porque la inocencia de éstos favorecía el conxuru. Pero un dia, púsose a la puerta de la iglesia a esconxurar la truena, y el Nubeiru no le hacía caso. Entonces, el cura le tiró con un zapatu, el cual desapareció en el aire y el Nubeiru fué a descargar la nube al monte, detrás del picu "Tromeu".
Este suceso me le refirió José López, de 80 años, natural de Villanueva de Teverga, estando baldado en su cama, el 24 de Marzo de 1821.
Y en esta misma fecha y pueblo de Villanueva, Luis Menéndez, de 81 años, me dijo: "Cuando venía la nube, si no estaba aquí el cura, se reunía el pueblo y tiraba un zapato al alto; entonces el Renubeiru que venía en el centro de la nube, no podía pasar por sobre el pueblo y marchaba con ella para el monte."
Josefa Villar, de 60 años, natural de Oblanca (Carrandi) y vecina de Lastres, concejo de Colunga, me dijo el 24 de Agosto de 1921 que "una vez el cura de Libardón, desde el corredor de la casa Rectoral, le tiró al Nuberu con un zapato estándole conjurando. Y otra vez, el cura de Lue (Colunga) le tiró con el bonete."
Indalecio Arias, de 85 años, el 9 de Abril de 1921, me dijo, en Pola de Somiedo, que el antiguo cura de Aguinos, parroquia de Somiedo, "tenía gran mano para exconsurar al Renubeiru ; éste nunca pudo apedrear sobre Aguinos, y tenía que ir a descargar la nube a un despoblado que llaman Riufornu.
Aurelio del Llano Roza de Ampudia
Del Folklore Asturiano - 1922
Belmonte, en 1921
Una vez, siendo yo rapaz—me dijo un vecino de Llamosu — estaba cuidando ovejas en el Agüeiral, en compañía de dos pastorinas ¡ ay Dios ! , esto no se me escaecerá nunca porque una de ellas es hoy mi mujer. Las ovejas pacían tranquilamente, las rapazas estaban tirándome la montera al alto, y en esto comenzó a tronar. Una de las pastoras echó a correr monte abajo llorando y diciendo:
José Patallo, de 60 años, natural do Llamosu, concejo de Belmonte,
— Acaba de meterse debaxu de aquella encina el Nubeiru con el sombreirón.
21 de Julio de 1921
Conjuros para calmar o expulsar al Nuberu
Según registra en libro Aurelio de LLano antaño era general la costumbre de tocar las campanas para preservar de las nubes. Hasta 1922, esta costumbre quedaba reducida en Asturias a Celón, concejo de Pola de Allande; Taladrid, concejo de San Antolín de Ibias; Aguinos y Saliencia, concejo de Pola de Somiedo; La Piñera, concejo de Morcín; Murias, concejo de Aller; Llueves, concejo de Cangas de Onís, y a algunos otros pueblos, muy pocos. Con el tiempo esta práctica ha ido desapareciendo puesto que supone cierto riesgo hacer sonar las campanas en lo alto de los campanarios si hay una tormenta eléctrica justo encima.
Parece ser que se recitaban diferentes conjuros cuando hacían sonar las campanas:
— Detente, nube y nublado que Dios puede más que el diablo. Detente, nube. Detente, tú; que Dios puede más que tú.
Grandas de Salime - 9 de noviembre de 1921
Conjuros para evitar tormentas y rayos
También se practica el encender velas tenebrarias, quemar romero y laurel el Domingo de Ramos y repetir varias veces la oración siguiente:
— Santa Bárbara bendita, que en los cielos está escrita con papel y agua bendita, y en el ara de la cruz paternoste, amén Jesús.
Caravia, Asturias
Fuente: Escuchado en la infancia de Aurelio del Llano
Otro conjuro rezando a San Bartolomé para evitar que no caigan rayos.
San Bartolomé se levantó y con Jesucristo encontró:
—¿A donde vas, Bartolomé?
Ribadesella, 25 agosto 1921 y Caravia
—Yo, Señor, con Vos iré.
— Pues te voy a dar un don que nunca di a varón:
Donde fueres nombrado, no caigan rayos ni centellas, ni mujer muera de parto, ni criatura de espanto.
Un conjuro para que deje de llover.
Abocana, Santa Clara,
Oriente asturiano, zona de Cangas de Onís
mientras voy a la cabaña
por un cestiquín de lana
para tí y para mí,
para Dios que viene ahí.
Conjuro para disipar la niebla que deja el Nuberu sobre los montes.
Escampa, borrina, escampa,
Llanos de Somerón, concejo de Lena, 25 de diciembre 1918
debajo p'arriba
por toda la Vallina,
que ahí viene San Juan
con el caballo ruán
la perrina falduda
y la Virgen que le ayuda.
Una versión de pastoreo alternativa a la anterior sería:
Escampa, borrina, escampa,
Belmonte el 20 de junio 1921 y Caravia sin los dos últimos versos
que está el llobu en la Garganta
comiendo una oveya prieta
y mirando pa la blanca;
nin e tuya nin e mía,
e de mi madrina santa
El mismo conjuro en occidente cuenta;
Escampla, nublina,
Brañesca, Cudillero en 12 de marzo de 1921
de vatche en vatchina,
regueiros abaxu
canales arriba,
que ahí vien Xuan blancu
jurando y votando
que te ha de comer,
con sua mucher barbuda
y sua perra tchanuda (
Aguinos, Pola de Somiedo 23 de junio de 1921
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