Charles Dickens y la Navidad

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Charles Dickens y la Navidad

Durante siglos, gentes de todo el mundo han celebrado fiestas de invierno. Los escandinavos, cada solsticio de invierno, celebraban los festejos de Yule y los romanos, a partir del 17 de diciembre, disfrutaban del Festival de Saturnalia, en honor a Saturno, el dios de la agricultura y las cosechas. Durante cuatro días, los romanos vivían una fiesta de alegría y generosidad, en la que se suspendían la guerra y la ejecución de criminales; se visitaba a los parientes, intercambiándose regalos (fruta, nueces, velas de cera de abeja y pequeñas figuritas hechas de terracota) y se daban suntuosos banquetes.

Scrooge y el espíritu de las Navidades presentes. Ilustración de Jhon Leech

Con la aparición del cristianismo, las costumbres paganas se mezclaron con las cristianas en la celebración de la Navidad. Una de esas antiguas costumbres era la de adornar las casas con plantas de hojas perennes, como muérdago, hiedra y acebo, para protegerse de los malos espíritus y alentar el retorno de la primavera.

Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XIX, la celebración de la Navidad en Inglaterra se encontraba en claro declive. Los puritanos ingleses, durante los siglos XVI y XVII, habían despreciado estas fiestas por considerarlas una celebración salvaje en honor a Saturno y, después, un festejo mundano de los católicos (“trampas de los papistas”). Incluso, en 1647, los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. El pueblo se rebeló y logró su restauración en 1660, aunque muchos clérigos rechazaban la Navidad utilizando argumentos puritanos. También, en la América colonial, los puritanos de Nueva Inglaterra prohibieron estas fiestas en Boston, de 1659 a 1681.

Pero, a mediados del siglo XIX, comenzaron a revitalizarse las tradiciones navideñas. El príncipe Alberto -marido de la reina Victoria- trajo a Inglaterra la costumbre de su Alemania natal de decorar un árbol y ciertos autores victorianos fueron plasmando en sus obras una visión romántica de la Navidad. Sin duda, el más destacable de todos ellos fue Charles Dickens y su novela Canción de Navidad o Un cuento de Navidad (A Christmas Carol).

Dickens, en 1839

Según el historiador Ronald Hutton, Dickens ejerció una enorme influencia en la manera en que en muchos lugares celebramos la Navidad. Dickens la interpretó como una celebración centrada en la familia y en la generosidad, en contraste con la visión de la Iglesia, que se basaba más en lo religioso (nacimiento de Cristo).

A Christmas Carol. Primera edición publicada el 19 de diciembre de 1843 con ilustraciones de Jhon Leech

Su visión laica de la celebración -aunque él, al menos nominalmente, era anglicano- influyó en muchos aspectos de las fiestas navideñas actuales, como las reuniones familiares, los alimentos de temporada y la bebida, el baile, los juegos y la generosidad que emana del espíritu festivo.

En un momento histórico en el que existían grandes contrastes sociales -los pobres pasaban hambre y frío en las calles mientras que los acaudalados burgueses se rodeaban de lujos-, Dickens quiso, a través de su obra, que la sociedad inglesa tomara conciencia de la desprotección en la que vivían las clases obreras.

Para Dickens, la Navidad era una época en la que los victorianos ricos debían pensar en los menos favorecidos y repartir parte de su riqueza dando regalos y dinero a los pobres.

una agradable época de cariño, de perdón y de caridad; el único día, en el largo almanaque del año, en que hombres y mujeres parecen estar de acuerdo en abrir sus corazones libremente y considerar a los que están por debajo de nosotros verdaderos compañeros de viaje en el camino a la tumba y no otra raza de criaturas con destino diferente. Fred, sobrino del avaro Ebenezer Scrooge.

Familia victoriana celebrando la Navidad

El nombre de Dickens se asoció tanto a la Navidad que, al parecer, una niña que trabajaba en un puesto de frutas de Londres, cuando se enteró de su fallecimiento, en 1870, preguntó:

¿Ha muerto Dickens? ¿Entonces, también morirá algún día Papá Noel?

¡Feliz Navidad a tod@s nuestros lector@s, y que el 2010 os traiga mucha suerte en lo personal y en lo profesional!

Enlaces: historic-uk.com, fidnet.com, kindsein.com.

Esta historia sobre Charles Dickens y la Navidad ha sido rescatada y compartida en esta web a modo de tributo. La autoría original pertenece a Indira y Chandra, la historia se encontraba en su blog, Ovejas Eléctricas, que desafortunadamente desde 2017 no es accesible, cambió de manos y se perdió el valioso contenido.

Categorías: Leyendas AntiguasTributo Ovejas

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