Brujas Mexicanas: Leyendas rescatadas de los cerros y pueblos de México

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brujas mexicanas volando por los cielos de la noche

En la vasta riqueza del folclore mexicano, las brujas mexicanas han ocupado un lugar especial en la imaginación popular. Estas mujeres mágicas y misteriosas han sido protagonistas de innumerables historias que han pasado de boca en boca a través de los siglos.

La cultura popular, el forma de vida, creencias y religiones han ido dando forma a la existencia de brujas mexicanas. Un fascinante mundo de leyendas y tradiciones que rozan la frontera entre lo real y lo imaginario.

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Rasgos y características de las brujas mexicanas

Antes de profundizar en las leyendas de brujas mexicanas más conocidas, veamos qué rasgos comunes suelen tener, así como el papel que han desempeñado en la cultura y la imaginación del pueblo de México.

Las brujas son curanderas

En muchas regiones de México, las brujas son vistas e interpretadas como "curanderas". Mujeres que poseen habilidades especiales para sanar y hacer remedios herbales con ungüentos y uso de la flora y fauna local.

Su conocimiento de la herbolaria, la magia y los rituales tradicionales las convierte en figuras respetadas y a su vez temidas. Algunas personas creen que tienen el poder de curar enfermedades, proteger a las personas del mal y realizar hechizos para diferentes propósitos. Aunque en algunos periodos de la historia humana han habido farsantes que causan más daño que bien como ocurre con el caso del sacamantecas en España.

Se transforman en animales

Uno de los rasgos distintivos de las brujas mexicanas es su capacidad para transformarse en animales. Según las creencias populares, estas mujeres pueden adoptar la forma de aves, gatos, perros u otros animales para llevar a cabo sus prácticas mágicas. Esta habilidad les permite moverse con sigilo y pasar desapercibidas, lo que las convierte en seres aún más enigmáticos y poderosos todavía.

Pactos con el Diablo

    A lo largo y ancho del globo terrestre las brujas han sido bien conocidas por hacer pactos con el Diablo. En el caso que nos concierne, en las historias y leyendas sobre brujas mexicanas, a menudo ocurre lo mismo. Se mencionan los pactos que realizan con el Diablo en muchas de sus historias.

    Se dice que estas mujeres hacen tratos sobrenaturales para obtener belleza, poderes especiales o favores a cambio de su lealtad y servidumbre. Estos pactos se llevan a cabo en rituales oscuros y secretos pocas veces vistos, o al menos pocas veces narrados por alguien que haya sobrevivido a su visionado. Se cree que son la fuente de su magia y habilidades sobrenaturales.

    Las brujas mexicanas vuelan en la noche

    Como era de esperar, las brujas mexicanas también vuelan. Como toda bruja que se precie. Sus poderes les brindan capacidad para volar. Narran las lenguas más siniestras que durante las noches de luna llena, las brujas se congregan en lugares secretos, discretos y poco concurridos. Una vez aseguran la zona se elevan hacia el cosmos para realizar sus misteriosos rituales y conjuros. Quienes creen haberlas visto aseguran que se mueven rápidamente a través del cielo en escobas o utensilios mágicos.

    Protección o castigo, ¿qué va a ser?

    En la cultura popular mexicana, las brujas también se asocian con la protección y el castigo. Se cree que tienen la capacidad de lanzar hechizos para proteger a las personas de la envidia, los maleficios y los espíritus malignos. Sin embargo, también se dice que pueden causar daño y enfermedades si se sienten ofendidas o si alguien se cruza en su camino.

    Recuerda, si alguna vez sospechas encontrarte con una bruja mexicana, no la ofendas, respeta y si puedes, sigue tu camino.

    ¿Son reales las brujas mexicanas?

    En la historia del mundo, y en especial en América Latina, las brujas mexicanas han dejado una huella profunda en la cultura y la imaginación del pueblo. A través de historias, supersticiones y vivencias han capturado la fascinación y el temor de quienes creen en su existencia. No cabe duda que han enriquecido el folclore mexicano aunque debemos ser cautos y valorar el hecho de que su realidad sigue siendo un misterio. El legado de las historias de brujas mexicanas perdura, manteniendo vivo el encanto y el temor que han despertado a lo largo de los años.

    Por eso a continuación podrás encontrar una recopilación de las historias de brujas mexicanas que hemos podido reunir. Esperamos que las disfrutes y que no te impidan conciliar el sueño esta noche, sobre todo si hay luna llena.

    Algunos testimonios sobre la realidad de las brujas

    La introducción de todas estas historias es la más clara evidencia textual del “estatuto de realidad” con que, circulan aún en forma oral en ciertos sectores de la población:

    “Mi papá nos platicaba que él y un tío mío, hermano de él, agarraron una bruja una vez”, cuenta doña Lupe; “Mi papá me contó este cuento de la bruja. Esto le pasó a su papá”, observa Constantina, quien, ,en otro de sus relatos comienza así: “mi mamá cuenta que cuando ella estaba chiquita dice que ahí en su pueblo, que ella oyó el rumor de una bruja que quemaron"; "En merito en el pueblo del Real del Monte, existían unas dos señoras que eran mamá e hija", señala doña María, en una historia que concluye además reforzando 'la veracidad de lo narrado: "Estas fueron unas realidades que mi mamá vio, en el año de 1916".

    Algunos de estos testimonios están recogidos en el documento Oralidad, en la sección de Eloisa Palafox en su página 48.

    De acuerdo con Alfredo López Austin, hubo en el mundo náhuatl unas mujeres llamadas mometzcophqui o mumetzcopiniani que practicaban la magia maléfica y que se caracterizaban por su poder para “arrancarse las piernas” o “desarticularse los huesos de los pies”. Y, según Luis Weckmann, también es notable el parecido que hay entre Tlazalteotl, (la diosa protectora de los hechiceros mexicanos) y las sacerdotisas de los cultos de la fertilidad en la Europa precristiana”: ambas volaban por los aires montadas en un palo.

    herramientas de brujas mexicanas en una mesa

    Historias y leyendas de brujas mexicanas

    Para esto has venido a este rincón de Internet, ¿verdad? Quieres conocer relatos reales, de brujas mexicanas, conjuros y aquelarres. Sigue adelante, bajo tu propia responsabilidad.

    La bruja de la casa del Alfeñique, la Nahuala

    En la ciudad de Puebla existe un lugar conocido como el centro histórico de la "Ciudad de los ángeles". Lugar que se convertiría en el Museo Regional Casa Alfeñique, allí vivió una mujer que fue considerada bruja por su supuesta capacidad de convertirse en animales. La conocían como la Nahuala.

    Narra la leyenda que en esa casona habitó la Nahuala, una mujer que se podía transformar en el animal que le diera su gana.

    La leyenda de la Nahuala cuenta que en el terreno donde posteriormente se construyó la Casa del Alfeñique, en el centro histórico de Puebla, vivía una anciana que practicaba brujería, y que se podía transformar en animales. La Nahuala en esencia robaba el alma de los niños para sumar años a su vida, por eso no dejaban que los pequeños se acercaran a la casa.

    Como la bruja mexicana no pudo juntar todas las vidas que necesitaba para ser inmortal, juró venganza.

    La bruja según los lugareños

    Cuentan los más ancianos que, si te acercas a esta casa embrujada durante la noche, el espíritu de la Nahuala se llevará tu alma. Hay quienes aseguran haber escuchado sus gritos siniestros durante la noche en la más profunda madrugada.

    Se cuenta que durante la época Colonial, en aquella casa abandonada de Puebla nadie se atrevía a entrar porque estaba poseída por el espíritu de una bruja, quien ya sabes, La Nahuala.

    Decían que la mujer era un ser monstruoso que tenía la capacidad de convertirse durante las noches en diferentes animales. Incluso, aseguraban que aprovechando las penumbras se dedicaba a robar niños y asustar a los adultos.

    Se cree que al morir, La Nahuala sería condenada a sufrir por toda la eternidad en los más profundos infiernos, por todo el mal que había causado.

    Los habitantes de la zona, sabiendo que se haría justicia se alegraban al conocer el sufrimiento que la esperaba, pero no sabían que esa alegría se volvería en su contra.

    Al enterarse de la alegría del pueblo, La Nahuala decidió cobrar venganza raptando a dos niñas y un niño inocentes, su intención no era otra que robar sus almas. Arrebatando sus esencias podría resucitar cada año durante el Día de Muertos.

    Sin embargo no todo sale como uno desea. Resulta que al fallecer su alma quedó atrapada en el lugar donde vivía, convirtiéndose así la ubicación de la casona en un lugar maldito.

    Con el avance de los tiempos la casa fue derrumbada y en su lugar construyeron una nueva edificación, la misma que no pudo quitarse la maldición que sobre el sitio existe.

    Es por esto que la gente cuenta que la persona que pise la casa embrujada será atrapada por la bruja, la dama está a la espera de niños inocentes para robar sus almas, resucitar y obtener poder absoluto, y de esa manera cumplir con su oscuro deseo, acabar con todos los habitantes de Puebla.

    Tan fuerte y famosa es esta bruja que la calle donde ocurrió todo se conoce hoy como “Calle de la Nahuala”, tal y como escribe el historiador Hugo Leicht, en su libro Las Calles de Puebla.

    Como dato interesante, en 2007 se estrenó una película de animación mexicana conocida como "La leyenda de la Nahuala", basada en esta historia tan peculiar y famosa.

    Las brujas mexicanas de Huichapan en Hidalgo

    En las recónditas colinas de Hidalgo, en México, existen unos seres temidos por sus habitantes desde tiempos mesoamericanos e incluso durante y después de la conquista. Se producen tantas situaciones paranormales en la zona que se le conoce como el pueblo mágico. En él existieron las brujas mexicanas de Huichapan.

    En los alrededores del cerro de Coatepetl (Coatepec) se han hecho avistamientos, como en tantos otros lugares, de bolas de luz ascendiendo por los cerros. Originarias de los aquelarres que organizan las brujas, junto a las historias heredadas hacen que los niños sean especialmente protegidos en la zona.

    A partir de las siete de la tarde, cuando anochece, no suelen permitir que los niños salgan de sus casas. Si además en la familia hay un recién nacido consideran que es de vital importancia estar siempre con el bebé. Un recién nacido nunca debe quedarse solo, especialmente si vive cerca de los cerros de Hidalgo, en México.

    Apariencias de mujer durante el día, criaturas en la noche

    Durante el día puedes ver mujeres completamente normales, sin saber que son brujas. Cuentan que en las noches aún se practica magia negra en ese cerro, sobre todo si hay luz de luna. Los lugareños han escuchado grotescas historias al respecto. Brujas que se sacan ojos, cortan piernas y brazos a manera de ofrenda para lanzarlos al fuego. Alimentándose de la sangre de los niños y sobre todo sus preferidos, los recién nacidos. Muchas adoptan forma de pavo (guajolote) en las noches, pero con el primer rayo del sol, dejan su piel y vuelven a convertirse en mujeres.

    Precauciones

    Es habitual que nadie quiera pronunciar la palabra "bruja" los viernes para no invocarlas. Curiosamente algunas personas protegen las entradas de sus casas con sal de grano o tijeras abiertas en forma de cruz para que las brujas no roben o lastimen a los niños.

    En el antiguo testamento se menciona que las ofrendas con sal sellan el pacto con Cristo, esto está escrito en Levítico 2:13, pues en la Biblia se hace mucha mención de que este ingrediente preserva la pureza, es por ello que en Hidalgo se utiliza para defenderse de las brujas mexicanas.

    ¿Has tenido unos padres cautelosos que colocaban tijeras abiertas en forma de cruz debajo de la cama cuando eras pequeña? Esto lo hacían para evitar que las brujas se alimentasen de vuestra sangre, según las creencias de aquella época.

    El testimonio de un habitante de la zona así revela:

    En los lavaderos de Sabina Grande, hace tiempo, pasaba por ahí y escuché ruido de agua cayendo, como si alguien estuviera lavando; al acercarme, pude ver la figura de una hermosa mujer. Con toda la intención de llamar su atención y conquistar a la dama, comencé a hablar, pero sin éxito pues ella no volteaba. Al ver que mis esfuerzos no brindaban frutos, decidí alzar la voz, cuando la mujer volteó, quedé helado, impactado, pues la mujer tenía la cara de un caballo.

    una bruja mexicana, interpretacion ilustrada

    La bruja en Xaltocan

    Relato del Prof. Sebastián Flores Farfán, Historiador de la Delegación Xochimilco.

    Cuentan los nativos del barrio de La Asunción que un mes de junio se celebraba la fiesta del pueblo de San Pablo Oztotepec. En esa época no existían carreteras como en la actualidad, sino que habían brechas de herradura para poder salir del pueblo de Xochimilco.

    La salida hacia el sur era solamente por el rumbo de la presa y San Lorenzo Atemoaya, donde todavía existen dos árboles de esa época que se yerguen a la orilla de lo que queda del río que sale de la presa de San Lucas y que va directamente a la laguna de Xaltocan.

    Decía la señora Felipa Sánchez Aguilar, finada del barrio de La Asunción, que ella y su familia se dirigían a la festividad de San Pablo. Que era de madrugada cuando caminaban por esa brecha que daba miedo por la oscuridad y por los árboles tan enormes que existían, cuando de repente escucharon el llanto lastimero de una mujer.

    Pero como sabían que por esos lugares espantaban las ánimas de los que habían muerto en la Revolución, ellos siguieron su camino sin hacer caso al llanto. Los sollozos sonaban tan dolorosamente, que todos decidieron buscar entre la maleza para ver dónde estaba esa mujer llorando, pero no la encontraron.

    El momento de la captura

    Ya estaba amaneciendo cuando se dieron cuenta que el llanto provenía de lo alto de los árboles, donde por fin vieron que estaba trepada una mujer, quien les pidió que por caridad la bajaran de ahí.

    Los hombres se subieron para bajar a la mujer, pero cual fue su sorpresa al ver que, al ponerla en el piso, ella no tenía pantorrillas ni pies; la mujer apretaba entre sus manos una ollita llena de sangre, y también tenía un brasero junto con una escoba hecha de varas de jarilla.

    La mujer se arrastraba por el piso, y les pedía que la llevaran a su casa, pero los presentes vieron que esa mujer se dedicaba a cosas de brujería, por eso no tenía pies y llevaba sangre en una olla. Asustados, decidieron llevarla a la presidencia municipal, que en ese entonces era presidida por el Prefecto Migonia, y le presentaron a la mujer.

    Una explicación mágica

    Para ese entonces, el pueblo entero ya se había enterado de que habían agarrado a una bruja. El Prefecto le preguntó a la bruja qué hacía por esos rumbos, y ella le contestó que se dedicaba a chupar la sangre a los bebés recién nacidos y que ella venía de un pueblo de Morelos.

    El amanecer le había ganado, por eso el poder de volar se le había terminado y se había quedado varada en lo alto de los árboles. Le suplicó al Prefecto que fueran por sus piernas que estaban en la cocina de su casa.

    Los hombres del pueblo fueron hasta la casa de la bruja, tocaron a la puerta y salió un señor que dijo ser su esposo y le dijeron que su señora estaba detenida en la cárcel de Xochimilco, que les diera permiso de pasar a su cocina porque en ella estaban las piernas de su esposa. El señor se quedó asombrado.

    Juntos se dirigieron hacia la cocina donde estaban las piernas en forma de cruz entre las cenizas del Tlecuil. La bruja les había dicho que por favor no les quitaran la ceniza que tenían los muñones de sus piernas y con cuidado las envolvieran con una manta para traerlas a Xochimilco.

    Todo encaja en su lugar

    Acompañados del esposo llegaron ante el Prefecto, y con asombro se dieron cuenta que la bruja retiró la ceniza que tenían los muñones de sus piernas. Después, ante los asombrados ojos de todos los presentes, unió los muñones a sus muslos.

    El Prefecto le preguntó al esposo que si no sabía lo que hacía su esposa, y él contestó que ignoraba todo lo que le decían de su esposa. Lo único que él sabía es que siempre caía en un sueño muy profundo todas las noches.

    El Prefecto le enseñó la olla con sangre, y lo único que él dijo fue:

    “Ah, con razón muy seguido me daba a comer moronga”

    No sabía de dónde procedía la sangre; el Prefecto le contestó:

    “Pues ahora, muy señor mío, ya sabe de dónde procede la sangre”.

    La bruja salió libre, pues no había delito qué perseguir y tuvo que huir de noche con su esposo porque el pueblo de Xochimilco la quería quemar.

    moronga imagen de cocina casera

    Plato de moronga, foto de Cocina Casera

    La bruja mexicana de Tepoztlán, en Morelos

    Este relato está basado en un testimonio real obtenido de Mariela Mendoza. Una niña que viajó a Tepoztlán con sus papás para visitar a sus tíos. Cuando llegaron, notaron que la colonia estaba muy sola y, al entrar a la vivienda, una persona mayor con aliento horrible y una sonrisa que dejaba ver sus dientes postizos amarillos, les dijo que los tíos habían fallecido en un accidente.

    Los papás de Mariela le pidieron una explicación que jamás supo darles y, cuando le preguntaron qué pasaría con la casa, dijo que se haría cargo de todo. A pesar de eso, decidieron quedarse a dormir.

    Mariela no podía conciliar el sueño y, cuando se levantó al baño, vio a la anciana en una mecedora. La miró fijamente y se dio cuenta de que no tenía ojos y salió corriendo.

    Subió a la habitación de sus papás, a quienes insistió que se fueran a un hotel. Cuando ya se iban, regresó por su ropa, pero, al salir, escuchó a la vieja decirle: “Mira, maldita, más les vale no regresar. Si dices una sola palabra, voy a descuartizarte para comerme tu corazón”. Después, le dio un frío beso de despedida.

    No regresaron a la casa, pero meses después, los padres supieron que la anciana había muerto en circunstancias muy extrañas. La encontraron desnuda, sin ojos y rodeada de pájaros muertos. Todavía no se sabe si la mujer era una bruja o había sido víctima de un ritual.

    ¿Era la mujer una victima de la bruja del cerro Tepozteco?

    Hace muchos años los habitantes de Tepoztlan, Morelos, tuvieron que luchar contra una terrible bruja que se alimentaba de los niños. Una valiente curandera logro vencerla con sus poderosos hechizos.

    Si hay un estado de la República Mexicana que presume de tener muchas leyendas, ese es Morelos. Tepoztlan se encuentra ubicado a 18 Km de la ciudad de Cuernavaca.

    Lo mas asombroso es, que para llegar a la cumbre del cerro, se tiene que subir por una bien trazada vereda que nos va abriendo el panorama del valle. Desde donde se pueden apreciar las miles de formas que con el paso de los años se han formado en las rocas, y es aquí donde yacen los vestigios de esta impactante leyenda.

    Bolas de fuego avistadas en el cerro

    Hace muchos años, cuando la zona apenas se estaba acreditando como turística, los lugareños comenzaron a ver bolas de fuego que viajaban a grandes velocidades, a veces eran pequeñas, pero otras tantas, demasiado grandes. Lo curioso era que los arboles del cerro no se quemaban, ni siquiera porque estas bolas se posaban en ellos.

    La mayoría de las personas comenzaron a temerlas, creyendo que algo malo estaba próximo a suceder, pero conforme pasaban los días, eran cada vez menos. Para cuando el pueblo se acrecentó únicamente quedaba una de esas bolas y ya todos conocían su procedencia.

    Rituales de protección contra la bruja del cerro

    Se trata de una bruja que se alimentaba de los niños; para protegerse los curanderos aconsejaron que se colocaran ajos sobre las puertas, acompañados de una cruz hecha con mijo (material de que se hacen algunas escobas). De esta manera la despiadada mujer no podría entrar en ninguna de las casas.

    Como la bruja era muy vengativa, comenzó a molestar a los curanderos eliminando a la mayoría de ellos. Con esto, el temor volvió a apoderarse de las calles, no había nadie que se atreviera a salir por la noche, o muy de madrugada.

    Meses después, la curandera mas visitada por los pobladores se cansó de esta situación. Cuentan que se preparo, tomo fuerzas de los espíritus y subió varias veces el cerro del Tepozteco con la finalidad de cargarse de energía.

    cerro de tepozteco en Morelos

    La gran tormenta

    Cierto día, cuando la mujer caminaba por la vereda del cerro, se topo frente a frente con la bruja, quien ya la estaba esperando. Se dice que la lucha de fuerzas desato una terrible tormenta, el cielo pareció oscurecerse y que una luz brotó de entre las tinieblas porque el pueblo comenzó a orar.

    La bruja intentó huir pero se topó con todos los hombres, quienes llevaban machetes y antorchas.

    Cuando se sintió acorralada, huyo a las alturas, pero en un descuido, chocó con las rocas del cerro, que al sentirla en sus entrañas la aprisionaron para siempre.

    Ese mismo día, y como señal de lo acontecido, se grabo en las rocas la horrible forma de la bruja, quien hasta nuestros días se encuentra atrapada en el cerro del Tepozteco.

    leyenda de las brujas del carro rojo

    Las brujas mexicanas del carro rojo

    Existe una leyenda que no aporta demasiada información sobre qué brujas son, su aquelarre no se conoce y quienes se acercan a ellas no pueden contar sus experiencias.

    Cuenta la leyenda que en la carretera que va de la ciudad de México a Cuernavaca, se puede presenciar el avistamiento de un coche (auto o carro) rojo, en el cual se encuentran un grupo de mujeres espectaculares, re lindas, que llevan la fiesta consigo, con risas, gritos de alegría, sonriendo y bailando.

    Circulan a gran velocidad, pocos que lo han visto cuentan que son solo dos, pero hay quienes han dicho haber visto tres de estas impresionantes mujeres. Hay testimonios que tuvieron la “suerte” de poder contemplar a cinco de ellas.

    Solo los hombres pueden toparse con este vehículo rojo. Las atractivas damas que van a bordo gritan con alegría, los seducen y despiertan tentaciones al mostrarle sus atributos, pechos y partes intimas del cuerpo.

    Hacen propuestas difíciles de rechazar para atraerlos. Cuando el hombre está perdido en sus encantos, lo invitan a subir de todas las maneras posibles, con gestos y palabras.

    Distrayéndole entre sus platicas y coqueteo esperan el momento de encontrar algún lugar en al camino donde no puedan ser observadas, hacen un último ofrecimiento mostrando alguna parte de su cuerpo, haciéndole notar que se perderá de mucho si no sube. Finalmente, la mayoría de los varones accede.

    Poco tiempo después se encuentra su cuerpo, sin vida, al costado de la carretera, con señales de haber sido objeto de algún tipo de ritual. Cuerpos torturados, con símbolos marcados a lo largo de la piel de la víctima, inconfundibles marcas de cultos olvidados o de ceremonias.

    Son las mismas marcas que tenían aquellos animales sacrificados en los aquelarres en tiempos de antaño.

    Hay quienes piensan que el color rojo escarlata que recubre al vehículo se debe a estos hombres que cayeron en la tentación, ya que está fabricado con su sangre.

    La bruja de Veracruz, la mulata de Córdoba

    Cerca del año 1618 una hermosa mujer enamoraba a todos los hombres de la ciudad de Córdoba (Veracruz). El pueblo se preguntaba con curiosidad ¿de dónde venía? ¿quién es realmente?.

    Apodada como la Mulata de Córdoba se ganó nada más y nada menos que la acusación de ser "bruja" por su habilidad de predecir temblores, eclipses y enfermedades. Además, podía curar con herbolaria.

    Entre otros tantos se corrió el rumor de que la Mulata de Córdoba tenía un pacto con el diablo, y, por eso, la Santa Inquisición la encarceló.

    Una noche, un carcelero, que no supo explicar por qué lo hizo, le llevó un pedazo de carbón. La bruja dibujó un barco en uno de los muros de la prisión. Ante la atónita mirada de su carcelero, la Mulata de Córdoba subió a su barco de un salto, trazado con carbón. Se cuenta que desapareció para siempre.

    A la mañana siguiente, cuando los demás vigilantes llegaron a la cárcel, encontraron al carcelero al borde de la locura. La cárcel mencionada es ahora el antiguo Fuerte de San Juan de Ulúa.

    antiguo fuerte donde encerraban brujas mexicanas

    La bruja de Aculco

    En el municipio de Aculco, hace frío, mucho frío. Tanto que cala los huesos. Si lo visitas te maravillarás con su belleza. Encontrarás cascadas, peñones, ríos y calles de piedra tallada donde se construyeron casas de cantera blanca. Sin embargo entre tanta belleza ocurren sucesos que dan miedo.

    Uno de tantos narra la existencia de espíritus que no quieren abandonar su tierra, Aculco. De forma única y genuina, se trata de almas encerradas en los árboles. La leyenda más popular es protagonizada por una mujer de piel trigueña y pelo negro que, a pesar de su hermosura, nadie se atrevía a acercarse, pues transmitía sensación extraña, algo estaba fuera de lugar en ella.

    Se dice que era una bruja que practicaba magia oscura y su deseo más ferviente era ser madre. Pero como nadie se acercaba a ella decidió convocar seres malignos para que concediesen su deseo. Sin embargo, lo único que creció en ella fue el odio. Un día, desesperada, hizo un trato con el peor de los seres malignos, el diablo. Poco tiempo después comenzaron a desaparecer niños en el pueblo.

    La gente se enfrentó a la bruja, pero lo único que consiguieron fue llegar a un enorme árbol en medio de la casa donde vivía. Sorprendentemente el árbol resultó ser la propia bruja, que tenía aprisionado el alma de los niños desaparecidos. Los habitantes del pueblo empezaron a machetear el árbol, pero se detuvieron cuando escucharon los gritos de los niños a través de la corteza sangrante del árbol.

    Desde entonces, el árbol permanece intacto. No falta quien cuente que, si cortas un pedazo del tronco, saldrá una savia blanca y luego de unos minutos se tornará roja como la sangre. Se dice que todavía se escuchan a los niños gritando.

    bruja del arbol leyendasde.com

    Créditos y enlaces de interés
    Bruja de XaltocanCuentos y Leyendas de Todo Mexico.


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